Posteriormente empezaron a celebrarse bailes de máscaras, donde surgió la modalidad de que la máscara se sujetase con un palito sin colocarla directamente sobre el rostro. En la década de 1910 la moda recibió una fuerte influencia de Oriente, gracias sobre todo a los Ballets Rusos de Serguéi Diáguilev y a su principal diseñador de vestuario, Léon Bakst. Estuvieron de moda los cinturones ricamente decorados, de los que pendían dagas y bolsillos.