En este siglo se afianzó la figura del modista como creador de tendencias, así como la modelo para el pase de ropas. Entre finales del siglo XVIII y principios del xix se sentaron las bases de la sociedad contemporánea, marcada en el terreno político por el fin del absolutismo y la instauración de gobiernos democráticos -impulso iniciado con la Revolución francesa- y, en lo económico, por la Revolución Industrial y el afianzamiento del capitalismo, que tendría respuesta en el marxismo y la lucha de clases.