El Museo Sorolla se ubica en el edificio en el que el artista tenía su vivienda y su taller. Además de ser la mayor colección que se conserva de la obra de Sorolla (fundamentalmente pinturas y dibujos), también guarda otros cuadros que Sorolla poseía pintados por amigos suyos. Por otro lado, su colección privada también comprendía piezas de escultura, cerámica, arqueología (a la que era muy aficionado), joyería (de carácter etnográfico) y fotografía.