En Escocia surgió un movimiento de revitalización de la indumentaria tradicional escocesa, favorecido por la literatura romántica y por la oposición a las leyes británicas que intentaron prohibir esta indumentaria por el apoyo de la población a los Estuardo frente a la nueva dinastía de Hannover. Se llevaban las sedas y las telas de chintz bordadas y estampadas, con predominio del diseño cartouche, una concha en la que se insertaba otro dibujo, natural o arquitectónico.