A lo lejos se oyen las gaitas y los tambores del Primer Regimiento de Artillería. Pasan por delante del Ministerio del Interior, un bloque de cemento y cristal escondido entre las callejas detrás del Saint James Park, rodeado de casas adosadas del siglo pasado, de ladrillo oscuro, donde viven honorables diputados y funcionarios de la Cámara de los Comunes, el Foreign Office, Downing Street, las sedes de los partidos…